Cine venezolano en el mapa mundial

  • Miguel Ferrari, director de la película triunfadora en los goya 2014, azul y no tan rosa, habló ayer con la verdad acerca del premio a su obra. 
  • La cinta se estrenará en España en abril. Ferrari comentó que planean distribuir en Venezuela algunas copias para que regrese nuevamente a la cartelera nacional.
  • La trama trata la homosexualidad, la tolerancia, la violencia y el amor paternal
Miguel Ferrari, director de Azul y no tan Rosa, posa con el premio Goya. (Foto: Agencias)
Ha dormido poco. Está cansado, pero emocionado. Después de varios intentos, Miguel Ferrari contesta el teléfono desde Madrid. Dice que lo tiene "a reventar" y que desde ayer no ha parado. La noche del domingo su película  Azul y no tan Rosa ganó el premio Goya de España, ya perdió la cuenta de las entrevistas que ha tenido que ofrecer. Para él es un logro inesperado. Dice que tenía mucha "prudencia" con respecto a la victoria, pues competía con grandes cintas de Iberoamérica. "Aún así, el jurado decidió que la mía era la mejor. Yo me siento demasiado feliz". 
El director asegura que la categoría en la que luchaba es la más difícil. "Estaba al lado de las mejores representaciones de cada país. Y tengo que decir que el trabajo previo de promoción no fue tan arduo. Apenas realicé seis exhibiciones (dos en Barcelona y cuatro en Madrid). Hay más de mil votantes en la Academia española, un universo... Y ellos consideraron cuál sería la ganadora. Eso es algo que no se puede forzar".
Cuenta que  junto al equipo técnico y actoral celebraron el logro. "Al terminar la gala, nos fuimos a una sala de prensa y allí atendimos a todos los medios. Fue un momento hermoso, pues llegaban y nos llenaban de esos comentarios llenos de energía, de elogios y de éxitos. Nos sentíamos tan emocionados. Más tarde brindamos y recordamos los mejores momentos".
¿Qué te deja el premio?
"La satisfacción de saber que ahora todas las miradas están sobre el cine nacional. Yo sigo siendo el mismo, este es un reconocimiento más del público y de todos los que me han apoyado. Me ayuda a seguir adelante de alguna manera y a conseguir recursos y financiamiento para mi próxima propuesta. No puedo decir que hay un antes y un después de mi película en la cinematografía nacional, eso no lo decido yo. Lo que sí sé es que estamos creciendo"
Próximo estreno
A diferencia de las otras películas competidoras, Azul y no tan Rosa no se ha estrenado en España. "Planeamos lanzarla a las salas de cine en abril, y también estamos estudiando la posibilidad de distribuir ciertas copias para que se proyecte en Venezuela nuevamente. A pesar de los ocho meses que estuvo al aire, creo que todavía hay muchas personas que no la han visto".
Crítica
Tuve la oportunidad de verla en una proyección especial en el Centro de Arte de Maracaibo Lía Bermúdez. Fue una experiencia inolvidable: el ambiente, la euforia, las risas, la gente maravillada y la presencia de su director (Miguel Ferrari) y su protagonista (Guillermo García). Esa noche ellos se llevaron todos los elogios y respondieron las preguntas de un público que no salía de su asombro. Se trata de una de las tramas más interesantes de la cinematografía criolla actual. Diego (García) es un fotógrafo de éxito, quien se ve obligado a hacerse cargo de su hijo, Armando (Ignacio Montes), después de cinco años sin verlo. El chico llega desde España cargado de reproches, por lo que a Diego se le hace difícil explicarle su tendencia sexual. Lo mejor de esta cinta es... ¡TODO! Azul y no tan Rosa plantea una nueva forma de hacer cine. Cuando la veía, la persona que estaba a mi lado dijo: "Ya los directores venezolanos atinaron". Resulta que hay una mezcla de humor y drama perfecta. A algunos críticos eso les puede parecer un desequilibrio en el género, pero al ver cómo reaccionan las personas no queda duda de que la fórmula da resultado. Además los actores hicieron un trabajo de lujo. Mención aparte para Hilda Abrahamz y Carolina Torres, impresionante la manera cómo manejaron sus papeles. Me da la impresión de que Ferrari tomó muchas referencias del cine de Almodóvar. Sin embargo, eso no le quitó su propio estilo. Llevó a término una dirección correcta, presentando un discurso de tolerancia y amor familiar dentro de una estética bien cuidada. Me fascinaron dos escenas: la de la lluvia y la ópera y cuando cantan en Mérida bajo la luna. Un tema tabú, cuyo desarrollo podría alarmar a los más conservadores y aún así está de boca en boca. Solo me queda decir: ¡Felicitaciones!